martes, 21 de octubre de 2008

El lado humano del trabajo social

Muchas veces escuchamos en la calle referirse a nuestra profesión de una manera despectiva. Algunas personas nos etiquetan como los 'quita nenes' o como los que dan 'cupones', pero muy pocas veces se refieren a nosotros como persona de ayuda.
Por definición se considera trabajador/a social a toda persona que llenando los requisitos de preparación académica y profesional se dedica a utilizar los recursos sociales a su disposición en beneficio de una persona, familia o comunidad con necesidades específicas para ayudar a resolver sus problemas.
Sin embargo, la labor de un/a trabajador/a social va más allá de una mera definición y es ahí donde está la riqueza de la profesión. En aquel/lla trabajador/a social que es mediador/a cuando dos niños pelean en la escuela, o cuando la madre y el hijo no se entienden o no saben como expresar lo que sienten. Es ese ser cuya vocación lo hace especial, al sentarse pacientemente a escuchar al cliente que ventila como se manifiestan nuestros más grandes problemas sociales, sin tener una varita mágica para resolver todos los entuertos de este mundo. Los/as trabajadores/as sociales son esos héroes y heroínas anónimos/as que van a brindar ayuda al paciente de salud mental al que todos tildan de loco, al confinado que lleva años sin ver a su familia, a la viejita que teniendo familia vive en condiciones infrahumanas.
Y no debemos olvidar a los futuros trabajadores/as sociales, los/as estudiantes que se van forjando en las diferentes escuelas. Esos/as estudiantes que a través de sus experiencias en práctica, se topan con las más crudas realidades sociales de este país y sin importar cuan grande sea el reto dan su máximo esfuerzo en cada tarea que realizan.
Así somos los/as trabajadores/as sociales, siempre aceptando el reto, dando la milla extra por la razón de ser de nuestra profesión: la justicia social, aunque a veces en el camino se nos olvida hacerle justicia social a nuestras familias que nos esperan en casa mientras resolvemos una crisis. Nuestros clientes, nuestros jefes, el país espera el máximo de nosotros/as y en el afán de cada día somos muchos/as los que quisiéramos ser “superman” o “wonder woman” para poder resolverle los problemas a todos.
Nosotros/as no seremos súper héroes ni tendremos la varita mágica de “Harry Potter”, pero tenemos vocación para darle la mano a aquel que más lo necesita y un gran corazón para albergar los sentimientos más nobles que nos permiten comprender la naturaleza humana, que es a fin de cuenta lo que nos mueve a ayudar, y es ahí precisamente donde radica la esencia de la profesión. Si para muchos eso es hacer magia, pues entonces que siga la magia...


¡Felicidades a todos/as los/as trabajadores/as sociales en nuestra semana!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi comentario va relacionado con el término VOCACIÓN, en el transcurso de nuestra vida como estudiante y/o profesional en el área del trabajo social, podemos identificar y reconocer cual es nuestra vocación y en que área ofreceríamos un mejor servicios. No trabajemos por $$$$, trabajemos por vocación.

Aymette Medina Jorge, MSW dijo...

Sería bueno que todos/as nosotros/as hicieramos un autoanálisis para ver si realmente tenemos vocación para ejercer esta profesión.

Anónimo dijo...

Exelente.

Anónimo dijo...

Muchas de estas personas que tienden a juzgarnos de una manera equivocada, cuando tienen la oportunidad de conocernos y de recibir nuestros servicios cambian su punto de vista de acuerdo a como trabajemos con su situacion y por tal motivo es muy importante la manera en la cual trabajamos cada caso por que esto deja mucho que decir de nosotros como profesionales y de acuerdo con nuestra labor, seran las referencias que luego daran de nosotros los mismos participantes.

Unknown dijo...

Alv